04 julio 2013

Solo Dios basta




Solo Dios basta

    El fin de semana pasado estuvimos toda la familia en Ávila. Ha sido una experiencia maravillosa. 
No habíamos ido nunca y eso que a mi siempre me ha atraído Ávila, pero por fin teníamos un motivo más grande para ir.
    El pasado 7 de abril entró en el Monasterio de la Encarnación una buena amiga. Fue una sorpresa para todos porque aunque era algo que ella (ahora lo sabemos) había ido tejiendo en su corazón nunca había manifestado que se sintiese llamada a la vida religiosa. La noticia despertó en mi sentimientos contradictorios. Primero me entristeció perder su compañía, esta amiga siempre me ha llamado a la verdad y su compañía me acercaba mucho al Señor. Luego vino la inmensa alegría porque comprendí que yo no la pierdo, que estamos unidas en la oración y que el Señor la gana para el mundo entero porque ahora está allí, rezando por todos, rezando por ti y por mi.
    La visita a Ávila fue corta, salimos el sábado por la mañana y volvimos el domingo por la tarde. Esto sumado a los tres pequeños y un par de eucaristías la reducen a un corto paseo de dos horitas por la zona de la muralla. Hicimos una pequeña "ruta teresiana" y visitamos el museo de la santa que hay en el monasterio. Casi todo nuestro tiempo allí se ha centrado en las visitas al monasterio, que es a lo que íbamos. Me ha encantado compartir esta experiencia de fe con mis hijos. Sé que son pequeños pero nunca es pronto para hablarles del Señor, para que vean las realidades que hay en la Iglesia, y sé que esto va conformando sus recuerdos de la infancia. Vivir la fe en la familia es mucho más hermoso de lo que hubiera podido imaginar.
    Las monjas, a través de la reja que guarda la clausura, nos recibieron un par de ratitos. No se puede expresar con palabras lo que es estar allí con ellas, escuchando su experiencia (cómo las llamó el Señor), oyéndolas cantar... Viven a día de hoy como vivió Santa Teresa de Jesús, hacen las mismas cosas que se hacía entonces y de la misma forma, en su vida solo Dios basta, y por ello no tienen nada, solo a Él, que es todo. Han entregado su vida al Esposo y sus rostros exultan de alegría. También a quien visitábamos expresamente, está llena de paz, ha encontrado su sitio.


4 comentarios:

  1. Sí que es bonito vivir la fe en familia. Pienso que hablarles de Dios a los niños desde pequeños es un acierto. Además, son cosas que se quedan en la memoria. Aún recuerdo cómo rezaba con mi abuela con dos o tres años.

    ¡Qué bonita es la ciudad de Ávila! Tiene un sabor especial.
    Me alegro mucho de la decisión de tu amiga. Admiro a las monjas de clausura, porque yo sería incapaz de vivir así. Hay quien piensa que ese tipo de vida no sirve para nada. Yo creo que los conventos de clausura son los pulmones de la ciudad. Al menos, de la mía.

    Besos, amiga.

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    1. Si, son los verdaderos pulmones del mundo entero. Mucha gente no entiende esa vocación, entregan.su vida a la oración por el mundo entero y cargan con un pedacito de cruz... yo también las admiro. Hay que rezar por ellas también.

      Otro beso a ti.

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  2. Solo Dios basta... muy lindo el mensaje! :D

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